Ejercicio individual o en grupo, ¿Qué es más efectivo en la recuperación del alcoholismo?

20 noviembre 2023

«Sabemos que la actividad física desempeña un papel importante en el proceso de superar el alcoholismo, pero ¿Cuál es el enfoque más efectivo? ¿Es mejor ejercitarse en solitario o unirse a un grupo de apoyo?»

Los trastornos graves por consumo de alcohol son un problema extendido en la sociedad que preocupa a la salud pública. Quienes se ven afectados por el continuo consumo de alcohol sufren consecuencias devastadoras, muchas de las cuales parcialmente irreversibles, tanto somáticas como psicológicas y sociales.

En este contexto, surge la necesidad de encontrar soluciones alternativas y efectivas para vencer este trastorno y reducir el riesgo de recaída. En línea con un enfoque multiprofesional de tratamiento, numerosos estudios sugieren que las intervenciones de ejercicio podrían desempeñar un papel crucial como terapia complementaria para mitigar daños y mejorar la calidad de vida de los pacientes con dependencia severa al alcohol. Pero surge una cuestión: ¿existe diferencia entre realizar ejercicio individual o en grupo? Ya sabemos que la actividad física desempeña un papel importante en el proceso de superar el alcoholismo, pero ¿Cuál es el enfoque más efectivo? ¿Es mejor ejercitarse en solitario o unirse a un grupo de apoyo?

¿Ejercicio individual o en grupo?

En un estudio (Roessler et al., 2017) llevado a cabo en Alemania, se evaluó el impacto de la actividad física como parte del tratamiento en el trastorno por consumo de alcohol y se estudió si existían diferencias entre realizar la actividad física de manera grupal o individual. Además, se exploraron los efectos secundarios en el bienestar, la salud física, así como los niveles de ansiedad, depresión y los desafíos en las relaciones interpersonales de los pacientes.

En el estudio participaron 44 pacientes con trastorno por consumo de drogas que fueron divididos en tres grupos. Por una parte, un grupo en el que, además del tratamiento habitual, realizaban ejercicio físico supervisado en grupo; un segundo grupo que, además del tratamiento habitual, también realizó ejercicio físico, pero de manera individual; y, por último, un tercer grupo de control que únicamente recibía el tratamiento habitual.

La intervención tuvo una duración de seis meses y consistió en realizar ejercicio aeróbico, como caminar y correr al aire libre. La elección de esta forma de ejercicio se basó en evidencia que sugiere que el ejercicio al aire libre puede tener efectos de mejora del estado de ánimo superiores a las actividades en interiores.

Se realizaron evaluaciones al inicio, a los seis meses una vez finalizó la intervención, y a los doce meses después del inicio de la intervención.

Los resultados de la intervención no mostraron diferencias significativas entre el grupo que realizó ejercicio en grupo y el que lo realizó de manera individual, por lo que se sugiere que no existen diferencias significativas entre ambos enfoques.

No obstante, basándonos en los resultados presentados, se pueden extraer las siguientes conclusiones:

El ejercicio complementa eficazmente la reducción del consumo de alcohol: ambos grupos experimentaron una reducción significativa en el consumo de alcohol a los seis meses de seguimiento, lo que sugiere que la actividad física puede ser un complemento efectivo para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol.

La eficacia es similar entre el ejercicio individual y en grupo: no se observaron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la proporción de pacientes que bebían en exceso, lo que indica que tanto el ejercicio individual como el ejercicio en grupo pueden ser igualmente eficaces en la reducción del consumo de alcohol.

El ejercicio mejora los patrones de consumo: se observó un aumento en el número de días de abstinencia y una disminución en el consumo diario de alcohol en la muestra total, lo que respalda la eficacia de las intervenciones en la mejora de los patrones de consumo.

 

En resumen, los hallazgos indican que la actividad física, ya sea individual o en grupo, puede ser una herramienta valiosa en la reducción del consumo de alcohol en adultos que sufren de este trastorno, por lo que se sugiere que el ejercicio puede ser una terapia complementaria en la lucha contra el alcoholismo.

 

Bibliografía:

Giesen, E. S., Zimmer, P., & Bloch, W. (2016). Effects of an exercise program on physical activity level and quality of life in patients with severe alcohol dependence. Alcoholism Treatment Quarterly, 34(1), 63–78. https://doi.org/10.1080/07347324.2016.1113109