Beneficios del ejercicio en reclusos adictos a los opioides
28 noviembre 2023
En un estudio (Perez Moreno et al., 2007) llevado a cabo en el 2015 en el centro penitenciario Soto del Real en Madrid (España), donde participaron 19 sujetos, se realizó un programa de ejercicio durante 4 meses, donde se buscaba conocer los efectos del entrenamiento supervisado de personas encarceladas que estaban coinfectadas con VIH/VHC e inscritas en un programa de metadona para el tratamiento de la adicción a los opioides.
El estudio encontró que el programa de ejercicio mejoró la aptitud física general, redujo la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular y mejoró los niveles de lípidos en la sangre. Además, los recuentos de leucocitos y linfocitos CD4 aumentaron después del programa de entrenamiento en el grupo de intervención, lo que indica que el ejercicio no indujo deficiencia inmunológica y que el pronóstico de la infección por VIH es bueno.
Estos resultados sugieren que el ejercicio puede tener beneficios significativos para las personas con VIH, reduciendo la posibilidad de desarrollar comorbilidades y mejorando su calidad de vida. Por lo tanto, el ejercicio puede ser una forma efectiva de mejorar la salud y el bienestar de las personas encarceladas.
Ejercicio físico en prisión: 8 beneficios por los que implementarlo
Sabemos que el entrenamiento físico supervisado puede mejorar la capacidad física general. Además, el ejercicio regular puede mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas con enfermedades crónicas y en condiciones físicas deficientes. Por ello, el ejercicio físico en el entorno penitenciario puede proporcionar una serie de beneficios importantes tanto para los presos como para el sistema de justicia penal en su conjunto.
Mejora de la salud física
El ejercicio regular puede mejorar la salud física de los presos, lo que incluye la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, la obesidad y problemas de salud relacionados. Esto puede resultar en un coste menor para el sistema de atención médica carcelaria y en una mejor calidad de vida para lo reclusos.
Mejora de la salud mental
El ejercicio regular ha demostrado tener beneficio significativos en la salud mental, reduciendo el estrés, la ansiedad y la depresión. En el entorno penitenciario, donde las tensiones y el aislamiento son comunes, el ejercicio puede ser una herramienta efectiva para mejorar el bienestar emocional, y por lo tanto, su calidad de vida.
Reducción de la violencia
La actividad física puede proporcionar una salida positiva para la energía y la agresividad acumulada. La participación en programas de ejercicio puede ayudar a reducir los incidentes de violencia dentro de las instalaciones penitenciarias.
Mejora del comportamiento
El ejercicio promueve la disciplina, la autoestima y el autocontrol. Los programas de ejercicio pueden ayudar a los presos a desarrollar habilidades de autorregulación y autocontrol, lo que puede ser beneficioso para su reintegración en la sociedad.
Desarrollo de habilidades sociales
Los programas de ejercicio en grupo pueden fomentar la interacción social y la construcción de relaciones positivas entre los presos. Esto puede ayudar en la adquisición de habilidades sociales que son importantes para la reintegración exitosa en la comunidad.
Productividad
La participación en programas de ejercicio ocupa el tiempo de lo presos de manera productiva, lo que puede disminuir las oportunidades para participar en actividades negativas o delictivas.
Rehabilitación
El ejercicio puede ser una forma de rehabilitación que ayuda a los reclusos a transformar sus vidas y a alejarse de la delincuencia. Puede ser parte de un enfoque integral de rehabilitación que incluye la educación y la capacitación vocacional.
Mejora de la condición física para el trabajo
Al mejorar la condición física y la salud de los reclusos, el ejercicio puede ayudar a prepararlos para futuras oportunidades de empleo y reducir las barreras para la reintegración laboral.
En general, la implementación de programas de ejercicio en instituciones penitenciarias puede tener un impacto positivo tanto en los reclusos como en el sistema de justicia penal al mejorar la salud, el bienestar y las perspectivas de rehabilitación de los presos, lo que a su vez puede contribuir a la seguridad y al reducción de la reincidencia delictiva.
Bibliografía:
Pérez-Moreno, F., Cámara-Sánchez, M., Tremblay, J. F., Riera-Rubio, V. J., Gil-Paisán, L., & Lucia, A. (2007). Benefits of exercise training in Spanish prison inmates. International journal of sports medicine, 28(12), 1046–1052. https://doi.org/10.1055/s-2007-965129